martes, 27 de mayo de 2008

La Posta de Diligencias



Esta casa ubicada en las actuales calles Rivera y Giannarelli, fue sede de la Primera Posta de Diligencias, en los primeros tiempos de nuestra población. Se la conocía como la "Posta del Ángel".

Aquí arribaban las diligencias que venían desde Melo o Treinta y Tres, para l(uego de 1891), seguir viaje en tren a Montevideo. El mismo trayecto hacían quienes venían desde la capital, por lo que Nico Pérez se convirtió en punto de llegada y partida de mucha gente, y tenía por ese motivo una vida social muy activa.

En un principio solamente había unos ranchos de terrón. Adquirida luego por Pedro Sarasola, se construye esta casa de material. En la parte superior de la misma aún podemos observar dos bustos de los hermanos Sarasola, obsequio de un viajero escultor, que realizaba las esculturas de los panteones del recién creado cementerio.

Este lugar aparece en el libro de Roberto J. Payró "Crónica de la Revolución oriental de 1903" . Corresponsal del diario La Nación de Buenos Aires, se hospedó en él en ese año, cuando cubrió la nota del desarme del ejército de Aparicio Saravia y el Pacto de Nico Pérez. Por aquel entonces se la conocía como "Hotel Sarasola", y Payrós relata en el día 28 de marzo:

"Aquí, en el patio de la posada de Sarasola se ha formado un interesante grupo, en torno de un joven que toca la guitarra y canta con bastante buena voz. A pesar de su traje descuidado (y con razón, pues los revolucionarios han vivido varios días a la intemperie bajo la lluvia torrencial) se ve que no es un hombre del pueblo, y las coplas quelanza al viento enmedio de su auditorio silencioso y recogido hasta el final, en que interrumpe en aplausos y vivas, son de buena factura y cantan la patria y el partido con entonación lírica y corte romántico."

Más adelante expresa: "Centenares de personas han comido -si esto es comer-, en el hotel, y a punto hemos estado los pasajeros que no acudimos a primera hora de quedarnos sin un mendrugo de pan."

Hoy con reformas, aún se mantiene en pie este edificio que fuera en aquellos tiempos, centro de reunión de los viajeros que llegaban al lugar, y en especial, fue el centro de reunión en los días de marzo de 1903 cuando Saravia pasó revista a sus tropas frente a él, en el mencionado desarme que provocara la firma del Pacto de Nico Pérez.







1910: Combate de Nico Pérez




Puente ferroviario sobre la ruta 14 a Río Branco y agujeros de bala que se pueden ver en las barandas del puente 
Combate y toma del pueblo
 
La revolución de 1910 se vivió en el pueblo y sus inmediaciones, se combatió sobre este puente, en el cementerio local, cuyos muros brindaban protección, y en las cercanías del Cuartel que se hallaba ubicado donde hoy es el Parque Alzaga, (cancha de fútbol). 
También se luchó en el centro del pueblo, atendiendo a heridos en el local del actual liceo.
El día 3 de noviembre de ese año se encontraron el ejército del Teniente Coronel José Pollero y los revolucionarios de Basilio Muñoz.
Ese ejército se dirigía al Brasil, para lo cual debía cruzar la República, y en esta travesía fue que tuvo lugar el encuentro, con las fuerzas gubernistas en Nico Pérez, tomando las fuerzas revolucionarias la plaza, luego de haber capitulado el 4 de noviembre, después de un fuerte tiroteo que ocurriera el día anterior de cinco a siete de la tarde, dejando un saldo importante de muertos y heridos.
En el pueblo la autoridad militar máxima era el Teniente Pollero, que dirigía el Batallón de Infantería Nº 7.
El encuentro se produjo, debido a que dos chasques que enviara Muñoz a Pollero no llegaron a destino. Esos chasques decían que no era el propósito de los revolucionarios atacar el pueblo sino pasar a una distancia de 10 km. rumbo a Zapicán para seguir camino a Brasil.
Los ejércitos, por esta causa se encontraron sobre el puente el día 3 de noviembre. Pollero creyó que venían a atacar quiso detenerlos. 
El combate duró toda la tarde, hasta que Pollero al comprobar la superioridad numérica del ejército invasor se convenció que desde el cuartel donde había dispuesto todo su ejército no podía luchar pues corría peligro de ser rodeado y derrrotado.
Decide pues trasladar sus fuerzas al cementerio, frente al cuartel, haciendo de sus muros verdaderas trincheras.
Al anochecer, cuando ya la situación era insostenible, y desdpués de la heroica resistencia de los sitiados se decide ofrecer al comandante Pollero una capitulación honrosa.
Aceptada la misma, se procedió a la entrega de las armas en el campo de batalla, labrándose actas en el Cuartel.
Las marcas de las balas que se ven claramente en las barandas del puente son una prueba material de aquel episodio que se vivió en el lugar.

VIDEO: La conmemoración en los 100 años del combate

Más detalles: Nicobatlle.wordpress.com